
El fundamento que nos asiste para afirmar lo anterior, está palpable en la historia de reivindicaciones de la mujer cubana, especialmente tras el enero victorioso de 1959.

Pero a pesar de ello, el ímpetu, la entrega, la fuerza y voluntad de las cubanas, se ha impuesto siempre en cualquier época, por difíciles que hayan sido las circunstancias.
Un bien ganado lugar tiene hoy la mujer de la Isla caribeña en todas las esferas del desarrollo socio económico, político y cultural que la hacen exponente de su capacidad, inteligencia y destrezas para desempeñar cualquier misión.

Y se abrazan junto al pueblo del que son hijas, como verdadero ejército que con olor a rifle o aroma de recién nacidos, enfrentan cada día nuevas batallas con una sonrisa.