Las
primeras luces de la segunda jornada del año 59 de la Revolución
la descubren linda, solemne. Es nuevamente escenario de un hecho trascendental
en la historia de la nación cubana, de la que ELLA es parte ineludible.
El
brazo armado de la Patria nueva y la multitud organizada y convencida del momento
que viven, la vistieron de diversos colores, primando el rojo, azul, verde y blanco
en parada marcial y marcha del pueblo combatiente.
Esta
vez cabalgan en corceles como los otrora mambises y tras ellos, llevados por
las aguas de pañoletas azules que portan los niños y las niñas, el Yate Granma,
el de la Libertad.
Recibe
orgullosa, en ese orden a Camilitos, demás instituciones de formación militar
terrestre y marítima, a protagonistas de gestas decisivas del proceso histórico
cubano, a alfabetizadores, niños, adolescentes, jóvenes, mujeres, hombres del
pueblo que la respetan y defienden.
En
el emblemático sitio, los habaneros en representación de toda Cuba, celebraron
el aniversario 58 del enero victorioso, el sexagésimo del
Levantamiento en Santiago de Cuba y del Desembarco de los expedicionarios del
Granma, la fundación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en homenaje al
invicto y eterno REBELDE y dedicado a la Juventud.
Y
ELLA LA PLAZA, la de todos los cubanos, la que lleva el nombre del Apóstol de
la independencia, la respetada por los que aman y fundan, abrió sus brazos
serena y firme a los AGRADECIDOS.
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