El descanso deja de ser quietud para los que mantienen el fusil y el
arsenal de ideas en ristre, no hay reposo porque con sus afilados huesos
se levantan de las tumbas para continuar guerreando.
Desandan así
secando lágrimas a los que padecen cualquier injusticia y dejándoles
como único sudario, un provenir de esperanzas.
A esos guerreros se
les puede ver en todas partes, están lo mismo en trincheras que en
campos de labranzas, en fábricas, que en hospitales y escuelas en cada niño y niña, en los adolescentes, jóvenes en los buenos hombres y mujeres que los tienen como sus referentes.
A dos de esos guerrilleros los vio juntos ahora en la eternidad, el
pueblo villaclareño, la jornada memorable del primero de diciembre y
toda Cuba se enardeció en este encuentro.
Con rostro incólume,
erguido, triunfante como hace 57 años, llegó FIDEL al sagrado sitio para
escuchar el HASTA LA VICTORIA SIEMPRE del CHE GUEVARA.
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