Al sonido, le sigue el timbre, la cadencia y el tono de una, de otra, de varias voces que armonizan con la intencionalidad precisa el producto comunicacional para informar, recrear, orientar, instruir o educar al oyente.
Pueden
ser estas voces femeninas o masculinas, el género en este arte define mucho,
porque se adentra en las características
de quienes se desempeña en el serio oficio de entrega y responsabilidad.
Tienen
ellos y ellas la virtud de ser el rostro, el sello de los programas, pues
logran identificarse con su público, tanto que a través de lo que dicen y del
matiz con que lo dicen, el respetable puede definir su estado emocional.
Para
los y las personas jóvenes y menos jóvenes que a través de la palabra trasmiten
sentimientos, es cuestión de principios llevar siempre a quienes los escucha un
producto de calidad.
Este
primero de diciembre: Día del y la Locutora, llegue a nuestros compañeros de
trabajo y a todos los de la Isla de Cuba la felicitación, el reconocimiento y agradecimiento
infinitos del pueblo.
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