Quienes
lo vivieron, a los que le contaron, o los que lo aprecian en imágenes, remitirse
a los orígenes de la radio es recordad la estampa de personas, con las orejas
pegadas a un aparato que difundía sonido, música e información…
Desde
entonces, ya han transcurrido en Cuba 96 años ..y seguimos así: pegaditos a la
radio, medio de difusión por excelencia, no solo por ser de los primeros en
aparecer, si no y en eso reside su impacto: porque es el más inmediato, de alcance insospechado y porque trasmite
mayor color, sensualidad e imagen, que la televisión porque las CREA en las
mentes de la audiencia.
Hablar
de la radio en su aniversario 96 este 22 de agosto, suscita necesariamente
mencionar nombres, precisamente es ese el desafío al que no se expone esta
reportera, primero porque son muchísimos y segundo, que se presupone del
primero, lógicamente, porque caería en el desliz de no poder atraparlos a
todos.
Mencionemos
solamente al camagüeyano Luis Casas
Romero, el fundador, que quizás no imaginó que su aventura fundacional de
comunicación, contribuiría a sumar un símbolo identitario a la cultura cubana.
Los
cubanos aman la radio, respetan y admiran a sus realizadores, los sienten como
parte de su propia familia y hasta pueden identificar el estado emocional de
cada quien, con solo escucharlo.
El
pueblo, para quienes trabajamos, es el máximo juez y evaluador de los que
hacemos radio, para él nuestro derroche
de amor y dedicación ilimitados.
Cuidémonos
y cuidemos la radio y a su oyentes, porque aún cuando hacemos uso de tecnología
de punta para atravesar el éter, somos visualizados cada día porque la RADIO ES
MUCHO MÁS QUE SONIDO PARA VER.
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